La Antigua Sailing Week de este año se consolida como una de las grandes historias de la vela internacional. Celebrada del 26 de abril al 2 de mayo en English Harbour, esta 56ª edición reunió a más de 100 embarcaciones de 17 nacionalidades, desde poderosos superyates hasta tripulaciones familiares, inmersas en un entorno de arquitectura colonial y vientos constantes.
La prueba más destacada fue la tradicional regata Peters & May Round Antigua, una travesía de cerca de 50 millas alrededor de la isla. El Volvo 70 Pyewacket 70, con Roy Disney a la cabeza, dominó tanto en tiempo real como compensado, mientras que el catamarán Lee Overlay Partners III exhibió su capacidad de maniobra como el más veloz en línea.
Durante los cinco días de competición continuada, la flota participó en diversas clases, desde monohulls de 24 a 70 pies hasta multicascos. Cada jornada planteó distintos desafíos: largos recorridos para las embarcaciones de alto rendimiento y regatas más tácticas para las categorías compactas. El barco Pyewacket 70 sobresalió en la clase CSA Racing 1, mientras que Lee Overlay Partners III fue el más efectivo en multicascos.
Sin embargo, Antigua Sailing Week no es solo competición. El ambiente en tierra jugó un papel fundamental, con actividades como el “Reggae in the Park”, las tradicionales fiestas en la playa y premiaciones que dieron color y presencia a la comunidad local en Nelson’s Dockyard. También incluyó iniciativas artísticas destinadas a escuelas rurales, reforzando el vínculo entre la regata y la sociedad isleña.
La participación fue diversa: profesionales que medían su estrategia y aficionados que disfrutaban del mar en regatas programadas y salidas más relajadas. En algunos casos, los cruceros de club hicieron recorridos con paradas en enclaves como Deep Bay y Little Jumby Bay, perfectos para quienes quieren vivir la experiencia náutica sin la presión de la competición.
Las condiciones de viento fueron excelentes, con una media de 12 a 16 nudos que se mantuvo constante durante la semana, intercalándose con ráfagas más intensas que permitieron a los multicascos alcanzar velocidades de 18 nudos. Estas condiciones pusieron a prueba tanto a patrones experimentados como a quienes navegaban por primera vez en aguas caribeñas.
Este evento representa un perfecto equilibrio entre alto rendimiento y estilo de vida náutico. La mezcla de competición exigente, ambiente cultural auténtico y naturaleza exuberante lo convierte en una cita ineludible para los entusiastas de la vela, desde deportistas hasta familias que buscan vivir una experiencia marítima completa.