La Euroliga ha roto su techo de cristal. Por primera vez en sus más de dos décadas de historia, la máxima competición continental de clubes contará con un participante que no pertenece a Europa. Se trata del Dubai Basketball, una ambiciosa franquicia respaldada por el emirato y que ha sido confirmada como uno de los equipos fijos en el nuevo formato de la Euroliga a partir de la temporada 2025–26. Su entrada no solo sacude la geografía del torneo, sino también su modelo de negocio, su proyección global y su equilibrio competitivo.
El nuevo mapa de la Euroliga
La competición dará un salto de 18 a 20 equipos fijos. El Dubai Basketball será uno de los dos nuevos miembros de pleno derecho con licencia multianual, compartiendo protagonismo con Valencia Basket, que también consolida su presencia. La decisión, tomada por los clubes accionistas y respaldada por la cúpula ejecutiva del torneo, responde a una estrategia de crecimiento e internacionalización del producto Euroliga, que busca ganar nuevos mercados televisivos, atraer patrocinadores globales y competir por la atención del espectador frente a la NBA y otras grandes ligas.
El CEO de la Euroliga, Paulius Motiejunas, ha defendido el movimiento como “una oportunidad única para expandir el baloncesto europeo más allá de sus fronteras naturales, aprovechando la infraestructura, el capital y el interés creciente por el deporte en Oriente Medio”. No es casualidad: la Final Four 2025 ya se celebró en Abu Dhabi, en un experimento que sirvió como antesala para este nuevo capítulo.
Un club nuevo con músculo financiero
El Dubai Basketball es una entidad de reciente creación, impulsada por inversores ligados al gobierno del emirato, con la aspiración de convertirse en una marca deportiva de referencia internacional. En poco tiempo ha construido una plantilla competitiva con jugadores conocidos como Justin Anderson, ex del FC Barcelona, y ha mostrado su disposición a atraer talento con salarios atractivos, modernísimas instalaciones y una propuesta cosmopolita que recuerda más al modelo de franquicia que al de club tradicional.
La Euroliga ha solicitado garantías económicas, logísticas y organizativas para aceptar la entrada del equipo, y según fuentes cercanas al proceso, los responsables del club han cumplido con creces los requisitos. Se prevé que el equipo juegue en un pabellón con capacidad para más de 17 000 espectadores y que disponga de su propio centro de alto rendimiento, adaptado a los estándares de las grandes ligas internacionales.
Retos y controversias
Sin embargo, no todo ha sido aplauso. Algunos sectores del baloncesto europeo han mostrado reticencias, alegando que la inclusión del Dubai Basketball distorsiona la esencia geográfica y cultural de la Euroliga. Se teme que la diferencia de presupuesto cree una brecha insalvable con equipos más modestos y que se abra la puerta a futuras incorporaciones basadas más en el poder económico que en los méritos deportivos.
También surgen dudas logísticas: los viajes de hasta 6 horas desde ciudades europeas, las diferencias horarias y la adaptación de calendarios podrían generar dificultades tanto para jugadores como para aficionados. Desde la Euroliga se asegura que ya se está trabajando en una nueva estructuración del calendario —con conferencias o grupos— para amortiguar estos efectos.
¿El primer paso hacia una Euroliga global?
La entrada del Dubai Basketball no es solo una novedad. Es un símbolo. Marca el inicio de una nueva era en la que la Euroliga busca posicionarse como una liga transcontinental, capaz de competir en mercados emergentes y de abrir nuevas oportunidades comerciales. Oriente Medio, con su apuesta estratégica por el deporte como herramienta de diversificación económica y posicionamiento global, se convierte así en un actor clave.
Este paso podría abrir la puerta en el futuro a otros candidatos fuera de Europa, como Israel, Kazajistán o incluso Asia Central, siempre que cumplan con los estándares exigidos. La Euroliga, hasta ahora conservadora en su expansión, parece haber dado un giro estratégico en busca de un mayor protagonismo global.
Conclusión
La llegada del Dubai Basketball a la Euroliga no es solo una anécdota geográfica. Es una declaración de intenciones. La competición más prestigiosa del baloncesto europeo entra en un terreno nuevo, con las oportunidades y desafíos que ello conlleva. El baloncesto continental, hasta ahora contenido en su esfera tradicional, empieza a mirar más allá del mapa. Y en ese nuevo horizonte, Dubái será la primera bandera.