En una jornada nublada pero con condiciones óptimas para la navegación, el ‘Thelonious’, un A35 patroneado por Jon Garay, se alzó con la victoria en la 60ª edición del Trofeo Eskarra-Norwealth, una de las pruebas con más solera de la vela en el Cantábrico.
La regata, organizada por el Real Club Marítimo del Abra-Real Sporting Club, contó con la participación de 20 embarcaciones que recorrieron un trayecto de 15 millas náuticas en aguas vizcaínas del Abra. El viento del noroeste, con intensidad entre 10 y 15 nudos, permitió una navegación ágil y estratégica, favoreciendo a las tripulaciones más experimentadas.
El ‘Thelonious’ completó el recorrido en 2 horas y 51 minutos, logrando la victoria tanto en su clase Crucero I como en la clasificación general absoluta. En la clase Regata, el ‘Despeinada’ de Carlos Maidagan se llevó el primer lugar, seguido por el ‘Alpega’ de Alfonso Churruca y el ‘Symphony’ de Javier Onaindia. En Crucero II, el vencedor fue el ‘Kohen’, seguido por el ‘Aizian’ y el ‘Ramper’. Entre los monotipos J80, el más rápido fue el ‘Mandovi dalecandELA’, patroneado por Ramón Zubiaga, que se impuso al ‘Jet Set’ de Ibon Basáñez.
El Trofeo Eskarra-Norwealth tiene una historia rica y simbólica. Fue creado en 1964 como homenaje a José Luis Azqueta y su velero ‘Eskarra’, por iniciativa del entonces presidente del club, Don Ramón Zubiria. Desde entonces, se ha convertido en una cita imprescindible en el calendario de vela del norte de España. Solo en 2020, debido a la pandemia, no pudo disputarse, manteniendo intacta su continuidad a lo largo de seis décadas.
Esta 60ª edición consolida el carácter legendario del trofeo, que cada año reúne a navegantes apasionados por una regata que combina competitividad, tradición y un fuerte vínculo con la historia marítima vasca. En esta ocasión, el ‘Thelonious’ ha inscrito su nombre en la historia de este prestigioso evento, dejando claro que la vela en el Cantábrico sigue gozando de excelente salud y futuro.
La entrega de trofeos, celebrada en las instalaciones del club de Las Arenas, puso el broche de oro a una jornada en la que la emoción, el viento y el espíritu deportivo fueron los grandes protagonistas.