La edición 2025 del Freeride World Tour (FWT) ha sido una de las más intensas y espectaculares de los últimos años. Desde enero hasta finales de marzo, el circuito reunió a los mejores riders del planeta en seis paradas a lo largo de tres continentes, desde las cumbres de los Pirineos hasta las pendientes más vertiginosas de los Alpes. Bajo la organización de la FIS y el patrocinio principal de Peak Performance, el FWT consolidó su estatus como el campeonato de referencia del esquí y snowboard fuera de pista.
Un recorrido salvaje por la nieve
El tour arrancó en Baqueira Beret, España, entre el 18 y el 23 de enero. La estación pirenaica ofreció una apertura vibrante con nieve polvo abundante y un terreno agresivo en la zona de La Bamba, donde los competidores realizaron descensos espectaculares, saltos técnicos y maniobras de alto riesgo. Fue también una de las paradas más emotivas, con fuerte presencia de público y un ambiente de comunidad freeride.
A continuación, el tour se trasladó a Val Thorens, Francia, del 27 de enero al 1 de febrero. Esta parada, que regresaba al calendario tras ocho años de ausencia, destacó por su inclinación extrema y fue dominada por riders locales como Victor de Le Rue, quien encontró en esta etapa una línea perfecta para reafirmar su liderazgo.
La siguiente cita fue en Kicking Horse, Canadá, del 7 al 13 de febrero, en las imponentes montañas de Columbia Británica. Allí, los participantes enfrentaron el famoso pico Ozone, con pendientes de hasta 44 grados, nieve compacta y bajadas que exigieron precisión quirúrgica.
La gira continuó en el Cáucaso con el Georgia Pro, del 23 de febrero al 1 de marzo, y poco después en Fieberbrunn, Austria, entre el 8 y el 13 de marzo. Ambas etapas ofrecieron una mezcla de clasicismo montañero y exigencia técnica, siendo decisivas para establecer el ranking final antes de la gran final suiza.
La culminación llegó entre el 22 y el 30 de marzo en la legendaria YETI Xtreme Verbier by Honda, sobre el mítico Bec des Rosses. Esta pared rocosa de 600 metros, con secciones que superan los 50 grados de inclinación, es uno de los retos más temidos y respetados del freeride mundial. Fue el escenario perfecto para coronar a los campeones de esta temporada.
Las figuras del año
En esta edición destacaron varias figuras consagradas y nuevas promesas. En esquí masculino, el canadiense Marcus Goguen se alzó con el título gracias a su consistencia y fluidez en todas las etapas. En snowboard masculino, el francés Victor de Le Rue sumó su cuarto campeonato, confirmando su dominio absoluto de la disciplina.
En snowboard femenino, la también francesa Noémie Equy brilló con fuerza, ganando cuatro de las seis pruebas y dominando con autoridad en Verbier. En esquí femenino, la canadiense Justine Dufour-Lapointe, olímpica y veterana, se llevó su segundo título con una línea impecable en la final suiza.
Mención especial merece la catalana Núria Castán Barón, quien logró un valioso tercer puesto en snowboard femenino. Su temporada fue especialmente emotiva tras haber superado una experiencia traumática con una avalancha en 2023. Su regreso a la élite ha sido una lección de superación personal que conmovió al circuito.
Deporte, cultura y proyección olímpica
El Freeride World Tour 2025 ha tenido también un fuerte impacto cultural. La FIS, organizadora del campeonato, trabaja activamente para que el freeride pueda ser incluido en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030. Esto ha supuesto una profesionalización progresiva del formato, con normativas más claras, mejor cobertura mediática y esfuerzos para diversificar el perfil de los atletas.
Además, esta temporada ha estado marcada por un esfuerzo consciente en visibilizar historias humanas: la salud mental de los deportistas, los desafíos del cambio climático en la montaña y el freeride como una forma de conexión espiritual con la naturaleza.
Más allá de la competición
El FWT no es solo un torneo: es un estilo de vida. Las imágenes de esta temporada —saltos imposibles, nieve en polvo volando, líneas esculpidas sobre laderas vírgenes— han llenado redes sociales, galerías y portadas especializadas. Cada parada es también un destino turístico, una oportunidad para conocer culturas locales, probar material técnico de última generación y sumergirse en una comunidad apasionada por la montaña.
La edición 2025 ha confirmado que el freeride es hoy una de las disciplinas más completas y emocionantes del deporte moderno: combina riesgo, destreza, estética y filosofía. Y lo hace con una narrativa propia, donde cada línea es un mensaje y cada caída, una historia.