La interconexión entre la NBA y la Euroliga ha alcanzado niveles sin precedentes en este verano de 2025. Jugadores como Kendrick Nunn, Vasilije Micic y Nigel Hayes‑Davis migran entre ambas competiciones a un ritmo que complica la planificación de los clubes europeos.
La Euroliga ve marcharse a talentos consolidados hacia la NBA, y recupera figuras importantes que regresan tras estancias en Estados Unidos. Nunn se incorporó al AS Mónaco desde la NBA, mientras Micic dejó los Bucks tras renunciar a buena parte de su salario para regresar a Europa. Por su parte, Nigel Hayes‑Davis firmó con los Phoenix Suns tras destacar en el Fenerbahçe.
La liga norteamericana suele absorber a estos jugadores cuando las plantillas europeas ya están cerradas, generando una presión de última hora sobre los clubes de la Euroliga. Además, con la expansión prevista de la NBA a 32 equipos, este flujo migratorio puede intensificarse.
El fichaje de jugadores con experiencia NBA se ha convertido en una estrategia recurrente. Olympiacos y Panathinaikos disputan a Micic, ex MVP de la Euroliga y bicampeón con Anadolu Efes, mientras clubes como Fenerbahçe y Mónaco refuerzan con otros talentos transatlánticos.
Más de una década después del primer gran cruce entre la NBA y la Euroliga, esta temporada europea cuenta con cerca de 97 jugadores con pasado en la NBA. Equipos como Olympiacos, Fenerbahçe y Real Madrid lideran esta estadística.
La Euroliga se está consolidando como una liga competitiva e influyente, capaz de atraer tanto talento emergente como estrellas experimentadas de la NBA. Este intercambio dinámico aporta mayor visibilidad y calidad al baloncesto europeo, al tiempo que desafía a clubes continentales a anticiparse ante salidas inesperadas y reposiciones urgentes.