Entre el 7 y el 9 de julio se celebró una de las citas más singulares del calendario deportivo internacional: el Shandur Polo Festival, un evento que cada año reúne a miles de aficionados en el que se considera el campo de polo más alto del planeta, situado a 3.700 metros sobre el nivel del mar en el majestuoso paso de Shandur, en el norte de Pakistán.
Un escenario único: polo a casi 4.000 metros
El festival no es un simple torneo de polo, es una experiencia inmersiva en un paisaje sobrecogedor. Rodeado por picos nevados y lagos cristalinos, el campo se convierte durante tres días en el epicentro de un espectáculo deportivo y cultural que refleja la tradición y la hospitalidad del pueblo pakistaní. Jugar al polo en estas condiciones exige no solo destreza y estrategia, sino también resistencia física y adaptación a un aire mucho más escaso de oxígeno.
Un duelo histórico: Gilgit-Baltistán vs Chitral
Como manda la tradición, los protagonistas fueron los equipos de Gilgit-Baltistán y Chitral, rivales históricos que se enfrentan sin reglas estrictas, devolviendo al polo su esencia más pura, tal como se practicaba hace siglos. Este enfrentamiento, cargado de orgullo regional, congrega a comunidades enteras que viajan durante horas –incluso días– por carreteras sinuosas para animar a sus representantes.
Los partidos se caracterizan por un ritmo vertiginoso y por la ausencia de árbitros en el campo, lo que da lugar a un espectáculo vibrante, con choques intensos, caballos al galope y jugadas imprevisibles. La victoria en Shandur no solo otorga prestigio deportivo, sino también honor cultural para la región ganadora.
Más que deporte: música, danzas y tradición
El festival no se limita al polo. Durante tres jornadas, Shandur se transforma en una fiesta que combina música tradicional, danzas folclóricas, ferias artesanales y gastronomía local. Este carácter cultural convierte el evento en un atractivo turístico internacional, atrayendo a visitantes de todo el mundo que buscan una experiencia auténtica en un entorno natural incomparable.
Además, las autoridades pakistaníes han potenciado el festival como herramienta de turismo sostenible, con estrictos protocolos para preservar la pureza del ecosistema alpino y garantizar la seguridad de los asistentes en un área de difícil acceso.
Un desafío logístico y una celebración de identidad
Organizar un evento de esta magnitud en un lugar tan remoto supone un reto considerable: carreteras montañosas, condiciones meteorológicas cambiantes y la necesidad de habilitar alojamiento y servicios básicos para miles de personas. Sin embargo, el éxito de cada edición confirma la relevancia del festival como símbolo de identidad y cohesión para el norte de Pakistán.
El Shandur Polo Festival es, en definitiva, una oda a la tradición, la rivalidad deportiva y la convivencia cultural, que se desarrolla en uno de los escenarios más extremos y bellos del planeta. Una cita imprescindible para los amantes del deporte, la aventura y las experiencias únicas.