El golfista irlandés Shane Lowry, campeón del Open Championship en 2019 y habitual del top mundial en los últimos años, atraviesa uno de sus momentos más delicados de la temporada. Tras una racha irregular y su reciente eliminación en el U.S. Open celebrado en Oakmont, Lowry ha sufrido una notable caída en el ranking mundial, descendiendo del puesto 10 al 16 en tan solo un mes.
Este retroceso supone un frenazo inesperado para el jugador de County Offaly, que a principios de mayo se encontraba en plena forma. Su segundo puesto en el Truist Championship y un sólido desempeño en el Arnold Palmer Invitational lo habían catapultado por primera vez en su carrera al exclusivo top-10 del Official World Golf Ranking. Sin embargo, en las últimas semanas, los resultados han dejado de acompañar.
En los últimos cinco torneos del PGA Tour, Lowry ha fallado dos cortes, incluido el del exigente U.S. Open, donde cerró su participación con un discreto +17, muy por debajo del nivel esperado. Esta eliminación en uno de los majors no solo afectó su confianza, sino también su puntuación en el ranking, lo que tiene implicaciones directas en su elegibilidad para eventos de categoría Signature y en la lucha por puntos clave de la FedExCup.
A esta situación se suma su rendimiento en el Travelers Championship en Connecticut, otro de los eventos importantes del calendario. Aunque firmó una ronda destacada de 66 golpes el sábado, su actuación general lo mantuvo lejos de los líderes, ocupando una posición baja en la tabla y sin opciones de pelear por el título.
El caso de Lowry ejemplifica una realidad cada vez más evidente en el golf profesional: la regularidad es tan valiosa como el talento. En un circuito marcado por la irrupción constante de jóvenes promesas y la exigencia de rendimiento semana tras semana, incluso los jugadores consagrados deben esforzarse por mantenerse en la cima.
Pese al bache, Shane Lowry es un competidor resiliente. Ya ha demostrado en el pasado su capacidad para reinventarse en los momentos clave. Con el The Open Championship en el horizonte, que este año se disputará en Royal Portrush, el irlandés tendrá una nueva oportunidad de redimirse ante su público y recuperar sensaciones.
El desafío ahora no es solo técnico, sino mental. Lowry deberá reconstruir confianza en su juego corto, reencontrar precisión en los greenes y aprovechar su experiencia en campos exigentes. En un año de calendario intenso y escenarios históricos, todavía queda mucha temporada por delante.
Para Lowry, esta caída en el ranking puede ser una llamada de atención, pero también el punto de partida para una segunda mitad de año más consistente. Porque si algo ha demostrado a lo largo de su carrera es que no necesita ser favorito para ganar, solo necesita volver a ser Shane Lowry.