La emoción de haber clasificado para los Juegos Olímpicos de París 2024, que el equipo español de salto de obstáculos celebró con orgullo tras un exitoso Campeonato de Europa, se ha convertido en un campo de batalla interno. Tras asegurar el quinto puesto europeo y con tres jinetes en la final individual, el panorama cambió radicalmente debido a decisiones federativas que provocaron divisiones y renuncias en el equipo.
En medio de la tensión, el entonces presidente de la Real Federación Hípica Española (RFHE), Javier Revuelta, enfrentó una situación complicada al no lograr que los técnicos del equipo de salto —Carolo López Quesada y Alberto Honrubia— conformaran un conjunto que satisficiera a todos los preseleccionados. El resultado: España no contó con el binomio de Armando Trapote y su caballo «Tornado VS», considerado uno de los mejores del mundo, en los Juegos Olímpicos. Este desencuentro marcó el inicio de una serie de renuncias de destacados jinetes, quienes demandan «criterios de selección deportivos, no electoralistas».
La situación se complicó aún más con el proceso electoral de la RFHE, programado inicialmente para el 31 de octubre y pospuesto hasta enero de 2025. Ignacio Ridruejo, quien compite por la presidencia, ha denunciado irregularidades en el proceso, alegando que votos tardíos y en bloque desde puntos específicos del país favorecieron a la candidatura oficialista de Revuelta. Ridruejo asegura que esta manipulación apunta a un «fraude en el procedimiento electoral».
Ridruejo, respaldado por figuras como Cayetano Martínez de Irujo, acusa al sistema de estar controlado por intereses clientelistas y defiende la necesidad de un cambio profundo en la federación. Las controversias han llegado incluso a redes sociales, donde un post de Revuelta con jóvenes medallistas del Campeonato de Europa fue denunciado como publicidad electoral encubierta.
El clima en la hípica española está dividido y saturado de polémicas. Los federados aguardan con desánimo el fin de un proceso electoral empañado por conflictos internos que pareciera tener a la federación en un punto de inflexión.